La evolución humana u hominización es el proceso de evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado actual. El estudio de este proceso requiere un análisis en relación con varias disciplinas científicas en el que se aúnen conocimientos de ciencias como la genética, la antropología física, la paleontología, la geocronología, la arqueología y la lingüística.
El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución humana incluyen otros hominidos, como Ardipihecus, Australopithecus, etc. Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron hace 5 a 7 millones de años. A partir de esta separación, la raíz humana siguió ramificándose, originando nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo sapiens.
El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución humana incluyen otros hominidos, como Ardipihecus, Australopithecus, etc. Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron hace 5 a 7 millones de años. A partir de esta separación, la raíz humana siguió ramificándose, originando nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo sapiens.
Las semejanzas morfológicas, bioquímicas y genéticas sitúan al ser humano en el orden de los primates de la clase mamíferos. Dentro de los primates, son el chimpancé, el gorila y el orangután sus parientes más cercanos. Los datos de comparación de secuencias muestran que hay una similitud del 98.5% entre el DNA humano con el del chimpancé. Esta semejanza es mayor que la que hay entre chimpancé y gorila o entre gorila y nosotros mismos, por lo que el chimpancé y el humano compartimos un antecesor común más reciente que ambos con el gorila. Esta cercanía, que se ha producido en 5 millones de años, es mucho mayor de lo que se había producido sólo con dato morfológicos, y muestra la capacidad de los datos de DNA para desvelar relaciones de parentesco. En la evolución humana existen dos grandes adquisiciones, la marcha bípeda, es decir, caminar erguidos y con los dos pies, y el desarrollo extraordinario del cerebro. El registro fósil nos muestra que la postura erguida se adelantó al desarrollo cerebral y que África es la cuna de la humanidad, dónde empezó todo.
El Australopithecus, de una antigüedad de 1.5 a 5 millones de años, es el primer mono antropoide, que se parece al ser humano en sus características externas. Su capacidad craneal era similar a la del chimpancé y a la del gorila actuales. El Homo habilis y el Homo erectus son las líneas que siguen cronológicamente hasta la llegada de nuestra especie, Homo sapiens, hace 100.000 años.
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